Excursión de trekking a la Trolltunga, Noruega
La Trolltunga, o «Lengua de Troll», es un saliente de roca de formación natural que cuelga en la montaña con una caída libre de más de 700 metros.
Por @charlie_nomade - 21/nov/2022
Imagen: @charlie_nomade
Actividad: Trekking 22
kms – Ida y vuelta (10-11
horas)
Dificultad nivel: Medio-alto
Estación: Verano
/ Jun-Sep (8 / 16
ºc)
¿Cómo llegar a la Trolltunga?
La Trolltunga se encuentra en la región de Hordaland, a unos 11 kilómetros de distancia desde el municipio de Odda. El punto de partida exacto es el aparcamiento de Skjeggedal. El modo de llegar dependerá de la ciudad desde la que lleguemos a Noruega y del tipo de transporte que usemos. El aeropuerto más cercano es el de la ciudad de Bergen, y desde allí el recorrido consta de dos autobuses más un ferry, lo que hace un total de tres horas de trayecto. En la página web de transporte Skyss.no hay información detallada sobre los billetes, horarios y trayectos por toda Noruega.
En nuestro caso, el recorrido lo hicimos desde Oslo en coche de alquiler, y fueron unas 6 horas de trayecto para recorrer 360 kilómetros (en Noruega, las carreteras son todas entre montañas, con túneles y muchas curvas).
Si vas en coche, te recomiendo hacer lo que hace la mayoría, llegar directamente al aparcamiento de Skjeggedal, desde el cual empieza el trekking, y dormir en el coche, ya que hay que empezar a caminar desde muy temprano (son 10-11 horas de trekking ida y vuelta) para que aún tengamos luz al volver. En caso contrario, tienes dos opciones: si dispones de equipo de acampada (acampar por libre en el municipio de Odda está prohibido), puedes ir al campamento de Odda o alquilar una habitación de hotel en Odda y, a la mañana siguiente, coger el autobús hasta Skjeggedal muy temprano.
Por cierto, para los que vais en coche, no olvidéis poner el ticket en el parquímetro del aparcamiento de Skjeggedal antes de empezar la ruta.
Equipo y provisiones necesarios para ir a la Trolltunga
Para hacer esta excursión, necesitaremos ir muy ligeros de equipaje, usar unos buenos zapatos de trekking con mucho agarre, un jersey, un chubasquero o una campera impermeable, una pequeña mochila en la que llevar comida para pasar el día y una botella de agua que se puede ir rellenando en los manantiales del camino. Opcionalmente, se pueden llevar bastones de marcha, que serán de ayuda para las rodillas, sobre todo para la bajada.
De camino a la Trolltunga
El camino hacia la Lengua de Troll consta de 4 etapas claramente diferenciadas por su cambio de relieve. Empieza en el aparcamiento junto al funicular, que lleva años inactivo, y son unos 45 minutos de subida por un terreno boscoso en pendiente vertical muy pronunciada que nos llevará a una explanada con algunas casas de tipo refugio. A partir de aquí empezamos a ver los carteles que van indicando la distancia restante y también rocas marcadas con el símbolo «T», que serán nuestra guía.
Enseguida vuelven las pendientes, esta vez de roca gris sólida y húmeda por el rocío, en las que pondremos a prueba la tracción de nuestros zapatos. Vamos prácticamente solos. Por delante, a lo lejos, vemos un par de personas con claros signos de cansancio y, por detrás, en diversos grupos, cuatro o cinco personas más. Aunque nadie habla, aquí arriba el silencio es nuestra mejor compañía.
Una hora después nos encontraremos en otra agradecida explanada de una mezcla de hierba y musgo por doquier, que da tregua a nuestras piernas, y con unos cuantos lagos pequeñitos, producto de las lluvias, que nos permiten refrescarnos un poco la cara.
En hora y media nos encontraremos subiendo por pendientes suaves sobre suelo fangoso, en el que deberemos prestar especial atención a las pequeñas rocas en las que apoyarnos y evitar terminar con el barro hasta los tobillos. Al fondo se empiezan a ver montañas con glaciares y lenguas de nieve en lo más alto.
Pasada una hora de camino, empieza la zona peligrosa: una ruta al borde de acantilados, pero con unas vistas increíbles del lago Ringedalsvatnet. De repente y sin darnos cuenta, nos vemos envueltos por un manto de espesa neblina que no nos deja ver más allá de nuestras narices. Detuvimos la marcha de inmediato y nos sentamos intentando guardar la calma, a esperar que pasara. En varias ocasiones, mi vista me engañó y creyó ver figuras de personas inmóviles entre la niebla. Fue una sensación extraña. Media hora después, la neblina se disipó y recuperamos la visibilidad. Decidimos volver al camino.
Los carteles indican ya pocos kilómetros; el cansancio queda de lado al saber que nuestro premio está ya muy cerca. La última etapa resulta bastante suave. De nuevo, encontramos roca sólida gris con enormes grietas bajo nuestros pies y algunas pequeñas caídas de agua fresca donde rellenar nuestras botellas. De repente, vemos en el horizonte a un grupo de personas y enseguida nos damos cuenta de que es la meta. Aceleramos el paso y en 15 minutos estábamos allí, disfrutando de una de las vistas más espectaculares y privilegiadas del mundo. Con su caprichosa forma saliente, como desafiando la gravedad, a más de 700 metros de altura, una lengua gigante hecha de piedra: sí, allí está, la Trolltunga.
Tips
Una tradición al volver de la Trolltunga es meterse en el agua helada del lago que está al otro lado del aparcamiento y aguantar lo máximo posible. La sensación es como si te pincharan con mil agujas.